Al otro día leí un titular de prensa de cuyo medio no quiero acordarme: “Legendario concierto de Guns and Roses”, decía.

 Por esas razones inalcanzables de la naturaleza, el viernes hizo algo más de fresco. Y el fresco trajo el olor putrefacto de la depuradora cercana. Una de cal y  otra de arena, tal y como es la vida misma.  Me acerqué al stand en contra del acoso sexual. Ya desde el primer día había varios carteles asegurando que el festival no toleraría ningún tipo de violencia contra la libertad sexual. En el stand hablé con Estefanía acerca de cómo venían desarrollándose los acontecimientos encontrándome a unas chicas muy preparadas para informar y hasta hacerle frente a un borracho gracioso que allí mismo quería demostrar su hombría. No hizo falta la policía, ellas también saben que los abusadores son generalmente cobardes.

Comenzaron los madrileños Leather Heart, una banda que pensé que ya no existía. Vaya como estoy de despistao. Lo bueno para mi es que pude verlos habiendo poco público, lo que fue malo para ellos, pero aun así lo dieron todo y dejaron un buen sabor de boca. A ver si el año que viene abren las puertas antes, así la gente entra a tiempo y también va comiendo y bebiendo, que todos sabemos que adonde se va una suma considerable de ganancias es en líquidos y además no hay que estar correteando para coger puesto en las bandas de siempre. Que a un guitarrista se le estropeara algo durante la interpretación de  “Restless” no les impidió seguir a los madrileños y cerraron con su canción identificativa, “Leather Heart”. Salud para la banda y a prestarle más atención en el futuro.

Coincidían Creeper y The Pink Slip. Los que aun piensan que los mejores van a los escenarios grandes se equivocan. Creeper son una banda emo punk que no conocía y cuya música me sonó agradable. Abrieron con “Black Rain”, que me hizo pensar que iban de rollo depre pero la idea se me quitó con “Poison Pens” y “Suzanne”. Qué una canción se titulara “Winona Forever” me hizo quedarme allí, pero luego pasé a ver algo de The Pink Slip.

The Pink Slips también tocan una música más fresca. Ellos se definen como “synth-pop, punk, dance, and vintage rock n’ roll”. Les juro que no fui por ver a Grace McKagan, la hija de Duff, quien curiosamente pudo esa noche hacer de padre asistiendo al concierto de su hija, pero si fui a ver a una enérgica mujer al frente de una enérgica banda. Me la pasé muy bien, muy divertido aunque no logré captar el título de ninguna canción. Horas después le lancé un requiebro galante a una mujer que me contó que estaba allí trabajando con ellos, pero que seguro yo no los conocía. Me vio las canas y pensó que estaba ahí por los clásicos de siempre, asi que cuando le conté lo que sabía se asombró y le gustó.

foto de Alberto Puertas

De que el Download intentaba equilibrar las propuestas lo demuestra Thrice, pero yo me quedé con Ankor y estos hicieron un concierto magnifico. Los conocía por Beyond the Silence of These Years del cual creo que salieron par de canciones, pero 35 minutos da muy poco y además viendo al banda tan bien de manera escénica y a Jessie Williams dándolo todo, me acerqué a los momentos finales de Thrice a ver cómo era la idea.

Y la idea era la de una banda de post hardcore o post rock, llegué a tiempo para “Yellow Belly” y el cierre con “The Earth Will Shake”. Fui a buscar algo de sustento para encontrarme de nuevo a Kitai, esta vez con una chica al frente cantando “Killing in the name” de Rage Against the Machine y que fue toda una revelación: La chica defendió la canción como toda una leona, y al terminar, simplemente dejó el micrófono y salió tranquilamente con su amigo/novio/acompañante en dirección a los escenarios. El día anterior tuve que hablar con un guardia de seguridad por una causa extra musical y al encontrármelo de nuevo lo saludé y le recordé nuestra conversación. Su respuesta fue “Dios existe”. Y mira si existe que me mandó el hambre justo a tiempo para disfrutar de RATM con Kitai y la voz femenina. ¡Qué momento tan placentero! A ver si lee esta crónica y nos dice quién es.

Bullet for My Valentine no llegó con calma. Aquello fue subirse al escenario y arrancar durísimo. Ese mismo día salía a la venta “Gravity”. Con ocho canciones nada más demostraron que son una maquinaria perfectamente engrasada creando riffs preparados para volver locas las cervicales de los fans. “Over it” y “Piece of me” sonaron como arietes contra las puertas de una muralla, pero esto lo digo solo para escoger un ejemplo pues de principio a fin la banda mantuvo el pulso acelerado como si esto fuera una carrera de resistencia de 45 minutos. Me hubiera quedado con más si así hubiera sido. Magnifico concierto. Para los gilipollas que dicen que no hay relevo, Bullet for my Valentine ya es el relevo.

foto por Alfredo Arias

Siempre me perdí a Clutch en directo, pero esta vez no iba a ser así. Atacaron con su “X-Ray Visions” y a partir de ahí la avalancha fue continua. El vocalista Neil Fallon gritaba que bajaran las luces, pero era que el sol les daba directamente y venir de Maryland a Madrid a condensarse lentamente no resultaba gracioso. Lo que si me llamó la atención fue que a pesar del calor no dieron tregua hasta el cierre con  “The Mob Goes Wild”. Canciones que nunca estarán en un recopilatorio pero no dejan de tener esencia. Sentí que la banda se esforzaba por dar lo mejor de sí.

foto por Sergio Albert

Live Nation o el Download o no sé quién exactamente, consideró que un concierto de tres horas y media de Guns and Roses llenaría el lugar. Efectivamente, así fue. No sé cuándo cobrarían los Gunners por tocar tres horas y media, pero lo que fuera, les dejó dinero a los organizadores, y me alegro, porque soy de los que piensa que el dinero no es malo y si el dinero no circula pues no hay conciertos. La organización calcula que hubo unos 35 500 asistentes uno mas o uno menos.

Y ahí estábamos, por diversas razones, para ver a Guns ’N’ Roses. No hubo otros conciertos entre medias. Los organizadores pensaron, quizás con tino, que nadie querría ver otra cosa. Segunda vez que los veía y la primera lo consideré casi un desastre aunque al otro día la gente me decía que había sido una noche genial y pensé que yo no había estado allí.

fotos de Guns and Roses por Alfredo Arias

Estaba allí a las 9 de la tarde, siempre puntual, pensando cómo llegaría Axl Rose a las tres horas y media. Un video de un tanque disparando con el logo de los G’n´R y al fondo el gatito del Download nos entretuvo cinco, diez, quince y hasta veinte minutos y aquello no parecía comenzar. Pensé que habíamos vuelto a los viejos tiempo pero no. A los veinte minutos una voz en off los anunció con mucha pompa, la banda salió, todos gritaron y comenzó “It’s So Easy”.

Muy alegre estaba con la canción, mientras Axl cantaba casi sin entonación.  Continuaron con “Mr. Brownstone” y Axl mejoraba un poco. Llegó el momento de “Chinese Democracy” que no provocó gran esfuerzo y la cuarta fue nada menos que “Welcome to the Jungle” con una extensa introducción, una chica tocando los teclados y haciendo coros, Melissa Reese, y otro música tocando la percusión. Subidón de adrenalina sobretodo al ver a Axl repuesto y dando los gritos con falsete de “you are in the jungle, baby”. ¡Se le calentó la voz!, pensé. Pero también pensé que si la cuarta canción era esta, ¿qué iba a quedar para el final?

Al otro día leí un titular de prensa de cuyo medio no quiero acordarme: “Legendario concierto de Guns and Roses”, decía. Y pensé que yo no estuve allí, porque lo que vi no se parece en nada a eso.  “Estranged” quedó muy bien, seguido por dos versiones, la muy bien defendida  “Live and Let Die” y “Slither” de Velvet Revolver. Con “Rocket Queen”, disfrutamos de un solo del guitarrista Richard Fortus y otro de Slash, quien usó además un talk box, y ya a estas alturas del concierto nos dimos cuenta que las partes instrumentales las alargarían lo más posible. Lógico para que Axl descansara su maltrecha voz, el problema es que para ello contaban fuertemente con Slash, quien es magnífico guitarrista pero aquí repitió notas y fraseos, eso sí, muy profesionalmente.

 Fue Izzy Stradlin quien cantó “Shadow of  Your Love”, tema que está en la caja especial del ‘Apettite for Destruction’ que salía ese día a la venta. Después de un azaroso “You Could Be Mine”, Duff nos recordó al Spaguetti Incident haciendo la versión de Johnny Thunders, “You Can´t Put Your Arms Around a Memory”, fusionando con “New Rose” de The Damned.

 Axl regresó a escena y cuando comenzó a cantar “This I Love” ya la voz se le había enfriado de nuevo. Con “Civil War” no hubo que esforzarse mucho y que finalizó con un amago hacia el clásico “Voodoo Child” de Hendrix. Cuando arrancó “Yesterday” ya aquel hombre de cara sudorosa, mirada confiada y sonrisa autosuficiente de dientes grandes parecía que suspiraba en vez de hablar. Por suerte “Coma” tiene un largo desarrollo instrumental, y Axl presentó a la banda dejando para el final a Slash, con otro extenso solo que solo nos levantó el ánimo cuando recurrió, como era de esperar, a la música de  “El Padrino”.

La entrada de “Sweet Child of Mine” y el griterío que se formó me hizo pensar que M80 se escucha mucho. Pero ya para la siguiente versión, en muchos metros a la redonda predominaban grupos de oyentes sentados tranquilamente disfrutando del fresco, oyendo la música o no, al más puro estilo “yo estuve alli”, pero sin que hubiera una verdadera atención hacia la banda.

Los más acérrimos disfrutaron de “I Used to Love Her” y mientras nos preguntábamos la razón de una versión instrumental de “Wish You Were Here” de Pink Floyd, con Slash y Fortus encima de la rampa principal nos espabiló la inserción de algunas notas del inmortal “Layla” de Derek and the Dominos. Fue Axl quien tocó el piano de  “November Rain”. Como sabemos que Guns and Roses no tiene muchas canciones (una ironía por si no lo has pillado) destruyeron totalmente la belleza de “Black Hole Sun” de Soundgarden, ¡qué triste!

La gente salía por la puerta en un goteo incesante y yo aquello no lo soportaba más. Defendieron fácilmente la versión de Alice Cooper “Only Women Bleed” y el “Knockin’ On Heaven’s Door” de Bob Dylan. Momento en el que aproveché para comer algo mientras Axl destrozaba una vez más los buenos temas del Appetite for Destruction: “Nightrain” y el cierre con “Paradise City”. De nuevo el concierto lo consideré casi un desastre, un poco menos desastre que el que vi en el Hellfest,  aunque al otro día la gente otra vez me decía que había sido una noche genial y pensé a pesar del deja vu que yo no había estado allí.

Después de estas tres horas y media donde el aburrimiento llegó para quedarse, había que espabilarse, y para ello estaban Parkway Drive, que si somos imparciales, demostraron que los Guns and Roses son leyendas de verdad, que más vale recordar en vez de revivir. Ganaron en cuanto a intensidad, energía, vibraciones, brutalidad, y presencia escénica. Tan pronto arrancó con “Wishing Wells” el público entero se convirtió en un brutal circle pit global y feroz. Aquellos que llevaban tres horas y media tirados por ahí, regresaban repletos de energía, energía que los australianos les sacaron en 60 minutos. Ole Parkway Drive, qué concierto.

Una vez terminado, escuché a la lejanía unos gritos. Era mi cama que me llamaba desesperadamente, así que me fui a dormir sin poder ver lo que faltaba, pero pensando que el sábado allí estaría de nuevo. Saliendo, en uno de los kioscos de merchandise estaban poniendo a WASP, y me acordé que tampoco Blackie Lawless puede cantar como lo hacia cuando grabó el disco. Cosas de la vida Axl, sé que la gente seguirá yendo a los conciertos de G'n'R hasta el último día.