Parece que han tenido que pasar los años
La banda que grabó cuatro discos y tuvo que parar indefinidamente ante la falta de apoyo, está en su momento más dulce, arropada por miles de fans.
El concierto se dividió en cuatro actos recordando los cuatro discos de la banda y el pistoletazo de salida lo dio una voz en off con una pequeña narración poética que se repetiría al inicio de cada acto y que aqui enlazó con “Dios”. Lo primero que nos llamó la atención fue la cantidad de público que llenaba La Riviera, y lo segundo, el hecho de que la inmensa mayoría se supiera todas las canciones. No solo el estribillo, sino los versos de principio a fin.
Si alguien fue a disfrutar de un repertorio calcado de los discos originales, seguro se decepcionó. Si fuiste a disfrutar de la música dándote cuenta que los años han pasado, disfrutaste de lo lindo. Siempre hubo algún estúpido comentando que en tal verso Leo no gritó a la altura debida o que algunas líneas melódicas no se apegaron al original. Esos pocos se agriaron el corazón sin motivo. Los que fuimos a ver lo inesperado, nos quedamos maravillados. El cuarteto de cuerdas hizo unos arreglos magistrales, mientras el coro hizo su trabajo en dos líneas, una para crear atmosferas realmente dramáticas y dos voces femeninas para apoyar en segunda a Leo Jiménez. “Cárcel de Piel y Huesos” y “En Soledad me Lamento” sonaron retumbantes.
El grupo danzario salió en varios momentos con diversas coreografías. La inicial donde desplegaron unas alas para dar la sensación de movimiento, fue seguida con otras coreografías con que segú el momento llevó cadenas, lápidas, un recuerdo a las musas griegas, paraguas estampados con figuras de relojes y finalizando de nuevo con el movimiento de las alas. Hubo una bailarina solista que hizo su parte emulando a un hada impúber mientras en otros momentos otra se encargaba de los pasos más eróticos: Natalia Barrios, quien además arropó “Mascara de Seducción” con su personal manera de moverse.
Pepe Herrero demostró sus sobradas cualidades como compositor, arreglista, guitarrista y director del coro y las cuerdas. Un músicazo. “Miedo” abrió el segundo acto, con Leo Jiménez encapuchado. Para cada acto tuvo su vestuario, y no comprendímos como lo podía soportar con el calor que había esa noche.
“Desilusión” y “Dolor” cayeron una tras otra levantando aun más a la audiencia quien no paraba de alentar lo mismo a Leo que a Pepe o a la banda al completo. El tercer acto arrancó con una sentida “Deja de Llorar” que sonó simplemente bella. El bajista Patricio Babasasa, compositor de “Perdido”, arrancó su creación con una fuerza inusitada y toques industriales. Luego Pepe Herrero se acercó a los teclados para acompañar a Leo en “Nostalgia” e “Inmortal”, dos momentos que no necesitaron mas adornos para brillar.
“Impotencia II” con Mr. Corpa de Fuck Division a los guturales sonó como si un iracundo Dios diera furiosos puñetazos sobre La Riviera. Cerraron temporalmente con “Raices”, presentando a todos los involucrados en el concierto. Casi dos horas donde el aburrimiento jamás llegó a entrar. El regreso para los bises fue el esperado por muchos, algo que Leo Jiménez comentó: “Yo sé que muchos llevan dos horas esperando “Hijo de la Luna”". Terminaron con “Eloise”, cantada originalmente por Tino Casal.
Si no estuviste allí, espera la salida del DVD y cómpralo, veras lo que te perdiste. Si estuviste, cómpralo también. Será el recuerdo de una noche inolvidable donde te preguntas por qué en la televisión ponen tanta basura mientras el talento solo es conocido por unos pocos, esos tres mil asistentes que prefirieron elegir algo bueno. Muchas gracias a Laballo Comunicación por su invitación a una noche para recordar.