Polideportivo de Villena, Alicante
Aprovechando el buen sueño, a primera hora estaba en la pista para disfrutar de Feuerschwanz a quienes no conocía, siendo una más que agradable sorpresa con su sonido folk con mezcla de elementos extremos, y también algo de pop con su versión de la “Fiesta Pluma Gay”, aunque ellos no lo sabían de seguro, para ellos sigue siendo “Dragostea Din Tei”. Comenzaron con “Memento Mori” y en los primeros minutos el vocalista Ben Metzner se cayó de la pequeña plataforma frente al micrófono y con una sonrisa se incorporó para seguir cantando. Luego nos enteraríamos que fue más doloroso y complicado que lo que parecía, pero el hombre cubrió el concierto. Llevaban dos coristas que amenizaron muy bien, y cuando pensábamos que habían puesto toda la carne en el asador, ofrecieron su versión del clásico de Manowar, “Warriors of the World”.
Otros que aprovecharon para dar un concierto de primera fueron Myrath, quienes contaron con el apoyo de cinco bailarinas del vientre del Espacio Creativo Qamar a cargo de Lorena Qamar. No solo eso, también dos acróbatas jugando con fuego y siempre nos preguntamos cómo es posible que con tanto movimiento no se queme nada, y lo cuidadosos que han de ser estos profesionales. La banda lo dio todo, comenzando con “Dancer” y cada uno de los músicos concentrados en su instrumento. Momento de apoyo cuando Zaher Zorgati recordó el fanatismo de la banda por Juego de Tronos, pero no para tocar la melodía de todos conocida sino para recordar que se habían inspirado en Khalesi para escribir “The Unburnt”. El cierre con “Believer” fue inmenso, con el público entregado. Una pena que el sonido estuviera tan saturado, algo que continuó durante gran parte del día y no se ajustó hasta el jueves.
La última vez que vimos a Stratovarius su concierto dejó un poco que desear, y ahora me acerqué sin expectativas, pero esta vez sí estuvieron mucho mejor. No solamente con mayor entrega sino además con una cohesión lograda, donde el tecladista Jens Johansson tuvo gran parte de fuerza. El, junto a Timo Kotipelto son los únicos que quedan, pero los “nuevos” llevan casi una década, así que esta es la banda que mejor representa la música que hacen, y aunque tocaron una de las canciones del disco que ya está al salir, “Firefly”, la audiencia sigue valorando las piezas de siempre: “Phoenix”, “Eagleheart”, “Black Diamond” y sobretodo el cierre con “Hunting High and Low”.
No había prestado atención a Lord of the Lost y su propuesta me atrapó como mismo hizo con gran parte de la audiencia. Los músicos destilan un aura algo gótica y vampírica, cuidando el tono pálido de su piel y contrastándolo con sus tatuajes y manchas más oscuras. Chris “The Lord” Hams es el centro de las miradas con su esbeltez y sus colmillos metálicos. Desde la primera canción, “The Gospel of Judas” convencieron y si bien hubo algunos momentos disonantes, la audiencia quedó convencida. Aunque para mí una de esas disonancias fue la parte acelerada de la versión de “Children of the Damned”, que quedó algo turbia, los más puristas lo que no pudieron soportar fue el cierre a base de lo que la banda entiende como un ritmo latino, tocando un tumbao a piano con toques industriales, algo que realmente desentonó con relación al resto del concierto. Aun así, fueron de las grandes sorpresas del día y la gente los apoyó muchísimo.
Nos fuimos a ver a Vended porque al estar formados por los hijos de Corey Taylor y Shawn “Clow” Craham, Griffin y Simon, nos imaginamos que sonarían a sus padres. Efectivamente, sin les perdonas algunos deslices, suenan como suena un hijo cuando imita a su padre. Esto puede sonar feo pero en realidad si descartamos lo de “hijo de”, la banda suena rabiosa y no llegamos a saber si el sonido es herencia cromosómica o interés en el mismo tipo de música. Nada que decir ante canciones como “Burn my Misery” y “Fear Forgotten” ante una audiencia que estaba allí como embelesada con la fuerza que destilaban esos chicos bajo el fuerte atardecer de agosto.
Regresamos al “Jesús de la Rosa” Stage para ver a Exodus y la verdad que, si bien hay canciones con gancho, la actuación flojeó por momentos. Creo que parte de ello es el que hayan incluido piezas tan extensas como “Deathanphetamine” en detrimento de más composiciones como “Bonded by Blood” y el hecho de que con el tiempo algún músico haya perdido precisión. Ya sé que me dirán que la precisión no es tan importante, pero si lo es cuando eso hace perder fuerza a la canción como sucede con “Toxic Waltz”. Aun así, asumo que estoy equivocado por la cantidad de vitores, aplausos, mosh y walls of death que se formaron frente a ellos. Y me gustó la actuación, que conste. Vinieron con el guitarrista Brandon Ellis de The Black Dhalia Murder y Zetro Sousa tuvo un instante para recordar y homenajear al vocalista de la banda, Trevor Strnad, fallecido este mismo año.
Si en este festival se ha incluido a The Iron Maidens, debe ser solamente porque se tiene que cumplir el cupo femenino. Desde que comenzaron con un “Aces High” totalmente fuera de tono y con cada una de las músicas por su lado, eso fue un desastre. Como me comentó otro de los fotógrafos, ni siquiera las fotos promocionales se parecían a las que estaban sobre el escenario. Una penosa actuación, una falta de ensayo evidente y una desgracia total.
Por suerte, detrás estaban Testament con Dave Lombardo a la batería, que ya de por sí daba deseos de apreciar. Las luces fueron escasas y oscuras, pero la música fue toda una tromba. No exageramos, se notaba el sello de Lombardo en las canciones de siempre, acompañado por el bestial bajista Steve DiGiorgio. Ya todo estaba dicho desde el primer minuto y siempre que vemos a esta banda prestamos especial atención a los solos de Alex Skolnick, a quien vimos a mediodía siguiendo el show de Myrath. Una mezcla de clásicos como “Into the Pit” y temas más frescos, o no tantos, como “The Formation of Damnation” dejaron a la audiencia exhausta y sudorosa, con continuos circle pits y demás maniobras provocadas por la música.
Aprovechamos para acercarnos a ver a Dry River. Nos encontramos entre el público a algunos de sus fans vestidos de traje. Nos llamó la atención no ver a Pedro Corral tras la batería. En cuanto al concierto, Ángel Belinchón ha asumido el papel de frontman al cien por ciento y llena con facilidad cada rincón del escenario. La selección de canciones fue la esperada, comenzando con “Fundido a Negro”, y no pudieron faltar “Irresistible” y, por supuesto, “Me va a Faltar el Aire”, que siempre le da al público una dosis de energía poderosa.
Mientras tanto Kreator ocupaba su puesto y su apuesta fue la de una andanada continua con balas frescas como “Hate Uber Alles” y otras de probada efectividad comenzando por “Violent Revolution” y terminando con “Pleasure to Kill”. Un concierto cargado de clásicos donde la banda se cuidó muy bien de no tocar esas canciones algo diferentes que siempre han estado en sus discos pero los fans a veces no recuerdan y solo creen que el disco diferente es el último.
Mago de Oz se había caído del cartel y Adventus fue adelantado. La banda de Manuel Ramil (que no la banda de Victor García como un cronista ignorante ha escrito en uh medio musical que es mucho más reconocido que este) ya lo tiene a él para hacer canciones geniales y si las canta Victor García, ya la fórmula del éxito está ganada. Este, según Victor, fue su primer concierto, y eso se notó, no en imprecisión de los músicos, que son todos unos cronómetros vivientes, sino en la confianza quizás, en los parlamentos de Victor, en el hecho de no tocar nada de Warcry o en lo que peor sentó, que fue que terminaran antes de tiempo. Si era algo sabido, haber avisado, que esos veinte minutos a la una de la mañana son como dos horas, y detrás venía una banda que al igual que Adventus, muchos ven como una promesa de continuidad, pero necesitan afianzarse en los directos, que el disco está impecable.
Si, era el momento de Runa Llena y la banda se sobrepuso a algunos detalles inexplicables que vimos que allí estábamos, como una salida del sonido que descoloco a músicos y público. Los que se quedaron vieron un concierto enérgico, bello, interesante, atractivo, seductor, gracioso, sugestivo y mucho más. Todos los músicos brillando, especialmente Nacho Ruiz, quien cantó convenciendo absolutamente a todos desde el primer momento. Especial fue la interpretación de “Mi Universo”, aunque hay quien preferirá los destellos power de “Primera Llamada” o alguna otra, que todas estan muy bien escritas e igualmente interpretadas.
Una selección de videos de los conciertos los puedes ver aquí en resolución 4K