Mordí con este disco porque la promoción decía que era para fans de Tool, Rush, A Perfect Circle, Pink Floyd, Tesseract y The Contortionists. No me di cuenta que había en la lista grupos muy dispares y de la misma forma se trata de un disco dispar. El caso es que este dúo es uno de los favoritos del ambiente del metal progresivo de Toronto y este es su tercer disco. Finalmente me he quedado contento al escucharlo, otra de las bandas que, de no ser por este trabajo, jamás habría les prestado atención. 

 

Y todo porque la primera pista es toda una locura, pero no el tipo de locura que atrae a los rockeros y metaleros de corazón. Es el tipo de locura que encontraste en el “Ummagumma” de Pink Floyd. La letra sigue la historia de los discos anteriores, la de un hombre con un poder global inimaginable que envía a familiares y a parte de la sociedad a vivir fuera de nuestro sistema solar, en otro lugar para salvar la humanidad. Lo interesante es que este hombre se cree capaz de salvar la humanidad sin darse cuenta que todo forma parte de la importancia que se da a sí mismo como persona llena de poder. 

 

Ya sabiendo que las letras son una locura total, vamos a la banda. Ellos son un dúo formado por Grant MacKenzie (Guitar, Bass, Synth) y Kenny Parry (Vocals, Drums, Piano, Synth) y la verdad es que son algo bastante novedoso en un mundo donde la novedad escasea mucho. Están inspirados en el arte narrativo y las aventuras, y cuando llegas a la mitad del disco ya sabes que cualquier cosa puede pasar en la próxima canción y que esto es metal progresivo simplemente porque no hay etiquetas para encasillar tanta ida de olla musical. 

 

Curiosamente la voz de Kenny Parry tiene cierta similitud con la de Justin Hawkins de The Darkness, pero fuera de esto nada más hay en común. Tampoco lo hay entre la propia música que está dividida claramente en dos bloques. Uno donde podemos encontrar piezas como “L’Eau du Papineau”, “Mandating our Perception” y “Extensive Knowledge”, que marcan la influencia de bandas como Pink Floyd y otro bloque donde está el núcleo duro de la música y los momentos más modernos, como son el single “The Rosedale” o la impetuosa “Sawbreaker” al más puro estilo Tesseract.  El segundo single “The Mill” es precisamente la pieza que me llevó a pensar en The Darkness.

 

Concluyendo, dos chicos realmente talentosos han hecho una banda tan loca que puede llegar a ser reconocida en todo el mundo…o no. Al menos en su ciudad todos los “proggers” aman a Jupiter Hollow y tienen muchos motivos para hacerlo.