Tracklist:
01. Truckload Full of Bodies
02. Toxic Freedom
03. I.C.E. Cage
04. Isolated / Desolated
05. Prophets Prey
06. Punisher
07. El Cuco
08. G.A.A.D.
09. Worth Less Than Piss
10. (In The) Slaughterline
11. Roadkill
Max Cavalera es un tipo incansable, nos lo demuestra ahora con otro proyecto, como si le resultara poco la rica trayectoria musical que ha ido construyendo desde los tiempos de Sepultura, Nailbomb, Soulfly, Cavalera Conspiracy, y más recientemente Killer Be Killed. Ahora, de nuevo comprometido en el ámbito familiar, en específico con su hijo Igor Amadeus, sale a la luz: Go Ahead And Die, con su álbum debut del mismo nombre, cuya realización, según las palabras del propio Max, evitó que "perdiera la cabeza", ante la influencia dañina de todas las limitaciones que se están sufriendo como consecuencia de la actual pandemia.
Go Ahead And Die, es un proyecto alejado del thrash y el power groove, que ha caracterizado a los últimos trabajos de Max. El sonido que emana de este disco, nos remite inexorablemente a rememorar los primeros momentos de la vieja escuela del hardcore punk, el thrash, el death y el grindcore. Y es que, con toda intención, la producción de este trabajo no es limpia, sino todo lo contrario, el sonido sucio de las guitarras y la sonoridad tribal del drums, hacen recordar las producciones de los primeros demos y álbumes de metal extremo. De hecho, musicalmente no existe ningún aporte novedoso en este álbum, resulta más bien, un despliegue de fuerza bruta a lo largo de todos los temas.
La forma en que se manifiestan estos géneros del metal en el disco, hacen recordar a bandas míticas como Hellhammer, Possessed, Discharge, Extreme Noise Terror, Terrorrizer, Napalm Death, Slayer, y los discos iniciales de Sepultura, como lógicamente no podía faltar.
Max, figura cimera en este proyecto, asume la parte vocal y la guitarra, Igor Amadeus estrena sus primeros acordes en la guitarra y el bajo, y a la vez, también aporta su voz, mientras que Zach Coleman (Khemmis, Black Curse), aporrea despiadadamente la batería.
Go Ahead And Die, combina, de manera alterna, secciones rítmicas rápidas, con partes lentas más cadentes, fórmula que se repite en todos los temas del disco. Con ello, hacen su música lo suficientemente variada, como para mantener la atención del oyente. No obstante, lo que se va escuchando, ya lo hemos oído, una y otra vez, en innumerables bandas a lo largo de los años; pero en este caso, esto es lo suyo, y lo hacen bien.
Max e Igor alternan coherentemente sus voces, y hacen sus coros a dúo. La voz de Max se mantiene invariable, como la conocemos y disfrutamos desde hace ya mucho tiempo. Una voz icónica que figura entre los patrones vocales del metal extremo. El registro vocal de Igor, resuena más hacia lo punk, y no posee la fuerza e identidad de la voz de su padre. En ocasiones, como en el tema "Prophets Pray", al gritar se le escucha algo ahogado.
A pesar de que la base musical del disco se mueve entre lo punk/hardcore/thrash, cada tema presenta, en mayor o menor medida, una dosis de elementos de death metal, como el clásico sonido churning de las guitarras, a la par de las arremetidas grindcore de Zach. El único, y muy discreto, solo de guitarra, se incluye en el tema "(In The) Slaughterline", que curiosamente cierra con un corto riff a lo Gojira.
Max, como viejo lobo que es sabe como enriquecer su música, al introducir, con acierto, varios efectos vocales y atmósferas oscuras, sobre todo a base de guitarras, en temas como "El Cuco", y las demoledoras "Punisher" y "Roadkill".
Las letras del disco giran en torno a la decadencia de estos tiempos, lo cual se reafirma en una portada que denuncia, de manera gráfica, la violencia policial (cual diablos uniformados), durante un disturbio público. Entre los temas más recomendables del álbum resaltan: "Truckload Full of Bodies", "I.C.E. Cage, "Prophets Pray", "Punisher", "Worth Less Then Piss" y "Roadkill".
En resumen, después de habernos habituado a las cada vez más sofisticadas y refinadas producciones del sonido metal de hoy día, este disco nos trae de vuelta a los crudos comienzos de la música extrema, y su sonido resulta como si estuviéramos ante un ensayo o temas demos que aún distan de pulirse para su posterior lanzamiento. Pienso que, entre los propósitos que podrían haber motivado a Max a realizar este disco, quizás se encuentren el homenajear a las primeras bandas y géneros que le influenciaron y crearon sus raíces como músico, el disfrute de retomar y recrear sonoridades pasadas, y a la vez, introducir a su hijo Igor, de manera oficial, en el mundo de la música. Lo que si es un hecho constituido, es que mírese como se mire, con aciertos y desaciertos, este álbum resulta un trabajo musical bien logrado, a través del cual Max y compañía, descargan su rabia, consecuente de la violencia y la deshumanización del mundo actual.
Line up: Max Cavalera - Vocals, Guitar Igor Amadeus Cavalera - Vocals, Guitar, Bass Zach Coleman - Drums |
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