Escrito por Tony González
01. Ignition.
02. Burn It Down
03. King Of The Underworld
04. The Snake Charmer's Fate
05. Nacht J.S. Bach
06. Sneak Attack
07. Die By The Sword
08. Viking Pillage
09. Maximum Damage
10. Forever Moore
El guitarrista
Joe Stump estaba espaciando sus lanzamientos discográficos, pero no sabemos si ha sido por el confinamiento o por su entrada a
Alcatrazz con el consiguiente soporte económico, pero esta vez solo ha demorado dos años en sacar nuevo disco tras
'Symphonic Onslaught'. Eso sí, o le gusta mucho este tipo de carátula o esta imagen la ha sacado de la sesión anterior, porque ambas portadas tienen similitudes que escapan a la casualidad.
En cuanto a la música, Joe siempre fue criticado por su parecido musical con Yngwie Malmsteen. Como el sueco, este también tiene grandes influencias de Ritchie Blackmore y del neoclásico, aunque en este disco no todas las piezas puedan ser definidas como de guitarra neoclásica (en realidad si), mantiene la homogeneidad. Diez instrumentales galopantes y acerados con guitarrazos por los cuatro costados.
“The Snake Charmer’s Fate” es una de las piezas más interesantes y tiene grandes dosis de Blackmore, por momentos recuerda a “The Gates of Babylon”, que es una canción que ha creado escuela dentro de los guitarristas de metal, e incluso creo adivinar fraseos completos que ha hecho el “hombre de negro”, y hasta me atrevo a mencionar “Spotlight Kid” como la canción donde los escuché, aunque como mismo desvarío.
Stump ha decidido prescindir de banda al más puro estilo Yngwie Malmsteen. En este disco Francisco Palomo hace los teclados y la programación, demostrando que la tecnología avanza. La batería suena más que convincente y las cuerdas igualmente. No es lo único, resultará algo difícil para el oyente promedio diferenciar estas canciones de muchas que ha hecho el sueco: melodías complicadas, fraseos veloces, shredding incansable. La pieza más parecida de todas las parecidas es “Viking Pillage” donde incluso agrega la costumbre de poner un teclado en segundo plano con los acordes sostenidos que, aunque no sobresalen, dan cuerpo a la composición.
Termina con “Forever Moore” y para comenzar, nos da tremenda patada en las partes bajas. Calla la boca de todos aquellos que dicen que solo es un guitarrista veloz en este, su homenaje al desaparecido Gary Moore. Eso sí, aunque sigue el tiempo de blues, no copia a Moore y sigue manteniendo sus propios timbres, clichés y manías. Es aquí donde demuestra que es simplemente Joe Stump, alguien que se parece a otro, pero tiene algo que mostrar. Eso lo aprendí yo hablando con Paul Gilbert a quien cito: “Creo que cualquier músico tiene algo único que ofrecer. Pienso que a todos los músicos incluso les gusta alguna comparación.” Y a Joe Stump lo comparamos con dos guitarristas inmensos, de los cuales lo único que a Joe le falta es el poder económico, todo lo demás está ahí.