Domingo 13 de marzo de 2022
Groove, Portugalete, Bizkaia.
Noche de domingo y descarga de Rock en la Groove de Portugalete. Una de las pocas giras internacionales que sé salvo de la quema, con tanta cancelación y suspensión, fue un lujazo poder ver a estas bandas en la acogedora sala Groove. Una velada que arranco a la hora anunciada, algo que siempre se agradece.
Según me comentaron a los teloneros, The Riven se les estropeó la furgoneta en Francia y se las arreglaron para llegar hasta Bilbao. Llegaron a la Groove casi con el tiempo justo para montar y probar en apenas unos minutos tuvieron todo listo y sonando perfectamente. Menuda profesionalidad, admirable.
Son una banda formada en 2016, aunque sus miembros han ido cambiando en estos años. Tienen un álbum homónimo público en 2019. Su sonido se mueve entre el hard rock setentero más clásico y algunas influencias psychedelic, proto-heavys y blueseras. Apenas les conocía, aunque ya habían estado por Bilbao en 2019. Por cierto, vuelven en abril con su propio Tour estatal con 12 fechas.
Salieron a escena con ganas de convencer y vaya si lo hicieron. Comenzaron con uno de los pocos temas que conocía de ellos y que me flipa, “Moving On”, el foco de la actuación se centra en la frontwoman Totta Ekebergh, con una portentosa voz que maneja con soltura. Un doble ataque guitarrero formado por el barcelonés Arnau Díaz y Joakim Sandegard, que repartió guitarrazos en temas como: “On Time”, el primer single de su próximo álbum ‘Peace And Conflict’, momento más bluesy con “Sweet Child”, seguida de “Shadow Man” y la sentida balada “Finnish Woods” con sabrosa línea de bajo de Max Ternebring.
Enfrentaron la recta final del bolo con los últimos tres temas, su estelar single 7" de 2020, "Windbreaker", que disfrute mucho. El batería Jussi Kalla aunque en un segundo plano se recrea azotando su kit con soltura y buen gusto. Completaron su actuación con un par de temas inéditos, "Flye Free" y otro titulado "Death", este último con alguna reminiscencia sabbathica en algún riff. El concierto duró 37 minutos, fue intenso y dinámico. Se marcharon aplaudidos.
Bueno, pues llegaba el momento de ver una vez más a los Dead Lord por estas tierras, la primera vez que le vimos en 2015 acompañando a Audrey Horne. Al año siguiente (2016) volvieron acompañando a The Vintage Caravan. Así que esta es la tercera vez que les veíamos, ahora encabezando su propia gira. Se nota un mundo, el pozo que han ido ganando con los años de carretera y sobre las tablas. El día antes salía oficialmente su nuevo EP 'Dystopia', editado por Century Media.
Salieron a por todas desde el inicio, el sonido era excelente. El voceras y cantante. Hakim hizo de maestro de ceremonias. Nada más ponerse frente al micro y suelta un ¿qué coño pasa?. El tipo es un frontman como la copa de un pino. No paso de poner caretos y animar al personal. Me di cuenta de que Martin Nordin ahora se ha hecho cargo de la guitarra, no sé en qué momento entre el disco 'In Ignorance We Trust' de 2017 y el 'Surrender' (2020), que ya no está el guitarrista Olle Hedenstrom, su puesto lo ocupa Martin que forma tándem guitarrero con Hakin y reparten a base de bien. Como en el tema inicial “Distance Over Time” del LP 'Surrender'. La noche se llenó de punteos doblados.
Su set continuo con la adictiva "Too Late" y el batera Adam Lindmark conteniéndose mientras marca el ritmo, sin apenas pausa, Hakim suelta algo así como: "This is the electric guitar and this is what it does", y se arrancan con "Briges" y las guitarras armonizadas de Hakim y Martin inundan la sala. Imposible no quedarse embobando con los solos que disparan ambos. Otra de las nuevas "Evil Always Wins", con ese estribillo pegadizo y solos molones.
Que gozada de concierto uff. Teniamos un momento algo más reposado, fue cuando visitaron su disco de 2015 y ofrecieron el tema principal "With Heads Held High", me encanto escuchar una vez más en vivo "Onkalo" que aparecía en aquel 7" de 2012, con el que los conocí y una década después me sigue pareciendo un temazo. Adam hace sonar el cencerro y despachan "Darker Times", otra vorágine guitarrera, pero ganchuda a más no poder. Se ponen más dulzones con "Messin' Up", que enfrió un poco el ambiente, al menos a mí. Para luego volver a explotar con "Letter From Allen St." Con melodías envaucadoras y ritmo elegante. Desemboca en “Ghost Town", con más caretos de Hakin y punteos a cascoporro. Tras esta se marchan del escenario a camerinos y Hakim deja prendida su guitarra haciendo un zumbido como de acople, que tras unos segundos comenzó a ser molesto, pero por suerte tardaron poco en volver y nos libramos del ruido de los cojones. En las presentaciones adjetivadas y gracioesas que hizo Hakim se acordaron del sonidista Por cierto creí entender que el bajista se llama Tobias.
Lata en mano se arrancan con "Dystopia", que fue muy bien recibida, incluida en el LP de marras 'Surrender', en el EP y también da nombre a este Tour. El final estaba cerca y la penúltima ofrenda llego con “Hammer Of The Heart”, otro de sus temas más conocidos, con Hakin haciendo el gesto de los Manowar. El punto final lo ponían con “Ruins”, eso si alargada y estirada a conciencia para cumplir los 80 minutos de recital. Con los hachas poniéndose las guitarras tras la nuca y tocando así unos solos incendiarios. Fue una velada muy completa, había ganas de una noche así. Lo disfruté mucho, es uno de los mejores conciertos que he visto en lo que va de 2022. Volví a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Subidón.