Bastantes sorpresas, pocas decepciones y a veces no saber para donde ir entre tantas buenas ofertas.

A las 11 de la mañana estábamos listos para ver a Haken en su ResTOURation Tour, la segunda banda del mainstage 2, porque aquí en el Hellfest los conciertos comienzan a las 10.30 de la mañana. Abordaron una extensa introducción instrumental para dar paso a Ross Jennings en un corto set del cual destacaron “Atlas Stone” y “Cockroach King”, ambos temas perteneciente a su disco del 2013, The Mountain.

Butcher Babies sin bien en directo son ligeramente menos sexys que en la fotos promocionales, si son muy comunicativas, directas y sobretodo amigables. No solo estuvieron todo el tiempo animando al público sino que antes de acabar Carla Harvey se bajó al foso y, dejando que los fans de las primeras filas sostuvieran su mano para mantenerse en equilibrio, despachó la última canción. Anunciaron la salida de su nuevo disco, Take it Like a Man, y nos ofrecieron en primicia la canción “Monster Ball” pero no faltaron sus éxitos como “Goliath”.

Motionless in White los comencé a ver porque estaba simplemente allí. Curiosa estética y buena música. Con solo nueve canciones nos quedamos convencidos. Comenzaron con “Break the Cycle” y terminaron 40 minutos después con “Devil’s Night”.

Esperaba con curiosidad a The Answer, y debo decirles que no sé si fue la mezcla de calor o el momento en general pero esperaba más de la presentación de Raise a Little Hell y todo lo que se dice de sus buenos directos. Tal vez no sean la banda para este tipo de lugar y horario. Aunque la arrancada con “I am What I am” fue muy bien, y la banda lo dio todo, poco a poco fue cayendo la apatía en las filas más alejadas.

Tampoco despertó mucho interés, salvo en los fans más acérrimos y los kissmaniacos de siempre, la presencia de Ace Frehley, a pesar que sus interpretaciones de clásicos de Kiss como “Parasite”, “Love Gun”, “New York Groove”, “Shock Me” y “Deuce” levantaron más los ánimos que las composiciones nuevas, algo, por demás, lógico.

El sol atacaba con entusiasmo, por lo que decidí cambiar de aires y dirigirme al Altar para ver a Desultory. Escuchando las letras pensé en cómo con el paso del tiempo las bandas tienen que seguir atadas a sus canciones, una extraña sensación me dio verlos, una banda con tantos años tocando los mismos tópicos de sus letras que, veinte y cinco años después, ya no tienen el mismo sentido. A pesar de estar en la sombra, había cuatro gatos.

La gente estaba esperando a Finntroll en el escenario de al lado, quienes pensamos tocarían básicamente las composiciones contenidas en su más reciente CD en directo, Natten med de levande Finntroll. Nada de eso, de su set de 12 temas, solo cuatro están en el LP, señal de que van variando su repertorio aunque estén en distintos lugares. Energía y entusiasmo sobrados a las plenas seis de la tarde.

A Slash, otro de los habituales del Hellfest, (estuvieron en la edicion 2012) lo esperaba una multitud. Gran parte de su aceptación se debe a que Myles Kennedy es, indudablemente, uno de los mejores cantantes del momento, sin menospreciar la magia de la guitarra del mulato. Solo hay que ver las canciones de Guns and Roses que The Conspirators tocan y a pesar del fanatismo por los Gunners nos damos perfecta cuenta que donde Axl a duras penas llegaba con su voz en el estudio, Myles llega en directo sobrado y sin esfuerzo. Hay que verlos tocar “Night Train”, “You Could be Mine” o “Paradise City”. Pero nada de vivir del pasado, que intercalaron “Avalon” y “World on Fire”, tema titulo de su último disco y también tocaron “You’re a Lie” y la neo clásica “Anastasia”, del Apocalyptic Love.

Después de darme un descanso para comer intentamos llegar infructuosamente a la Warzone para ver a Body Count. Y claro que era imposible, pues en el mismo escenario seguirían a continuación Madball y Biohazard. Algo que la organización del Hellfest tendrá que resolver para futuras ediciones. O cambia estas bandas de escenario, o amplia los terrenos de la Warzone. Nos resignamos a quedarnos sin verlos y nos acercamos a disfrutar de la actuación de Orange Goblin presentando Back from the Abyss.

Lo menos que te esperas de una banda como esta, es que sus músicos sean tan alegres y el público responda tanto y tan bien. Ante un local repleto los cincuenta minutos de la banda supieron a poco. Ya paso el tiempo en que Orange Goblin era solo para iniciados en el stoner más profundo. Este sábado lo demostraron muy bien.

Salí unos minutos antes de que finalizara la actuación, casi que con pena, pero teniendo en cuenta que Faith No More no ofrece más de quince conciertos al año, me atraía la curiosidad. Aunque sé que es una banda de magníficos músicos  su amplio eclecticismo no me ha llegado del todo, pero allí estuve a tiempo para verlos actuar en su escenario blanco repleto de flores. Me dio tiempo a ver a Z Z Top cerrando con "La Grange" para ligarla con "Tusk". Dos canciones que son practicamente iguales.

En hora y cuarto, los FNM demostraron ser muy atrevidos. Si bien comenzaron con “Motherfucker” también intercalaron “Easy”, la versión de Commodores y minutos antes “Lowdown” de Boz Scaggs, composiciones fuera de lugar dentro del Hellfest. A Mike Patton se le ocurrieron declaraciones como “Fuck the Hellfest”, “Heavy Merdal” y “This is the Heaven Fest”. Un concierto sin fisuras que muchos disfrutaron.

La organizacion del Hellfest, al finalizar el concierto, nos ofreció unas estadísticas sobre el evento, (nos hemos bebido más de un millón de litros de cerveza fue la que más me asombró, a pesar de que también lo hizo el hecho de que han tocado mil quinientas bandas –contando las repetidas). Y mientras sonaban de fondo algunas canciones, (“Thunderstruck” de AC / DC o “Bohemiah Rhapsody” de Queen, una extensa avalancha de fuegos artificiales iluminó el firmamento.

Aun no habían finalizado cuando arrancó Scorpions con “Going Out with a Bang”, tema que abre su nuevo disco Return to Forever. Son unos clásicos, pero decidimos ir a ver a otros clásicos de menor popularidad: Obituary. Tocaron cuatro canciones del Inked in Blood y otras diez de su extensa discografía, cerrando con la inolvidable “Slowly we Rot”.

El Temple estaba preparado para recibir a Venom, From the Very Depths. Comenzaron con “Rise”, canción que finaliza el disco antes mencionado, pero no olvidaron los clásicos de siempre como “Countess Bathory”, “Bloodlust” o la canción que sin saberlo puso nombre al estilo: “Black Metal”. Sonaron como una avalancha. Tremendo concierto.

Todavía me quedaba energía para cerrar la noche con Marilyn Manson. Su disco, The Pale Emperor, es bastante mejor que sus dos obras anteriores, pero en directo el milagro no ocurrió. Un Manson algo errático, que demoraba excesivamente entre canción y canción con momentos de silencio, algo letal para la 1 de la mañana. “Deep Six” y “nObscene” levantaron los ánimos, pero para cuando llegó “The beautiful People” ya muchos habían abandonado el lugar, marchandose por manadas, marcados por el cansancio y la noche.

Te recomedamos que leas también lo que pasó ayer viernes 19 de junio. Faltaba la sesión del domingo 21 de junio. Mientras tanto, disfruten con parte de la flora y fauna que allí asistió.

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