Wormholedeath Records / The Orchard  2019

Tacklist:
01 Destroy Space 2:37
02 Disposable Clown 4:10
03 Void 5:23
04 S7 3:58
05 Dream Dealer 4:11
06 Sinners & Saints 3:20
07 Doppelgänger 3:50
08 Consciousness Beyond... 5:30
09 Timeless 6:05
10 Bury Me 3:20
11 Tony Lucifer - Smash the Kings 5:31

Dimitriy Pavlovskiy, miembro fundador de Majesty of Revival, nos mandó este disco. Al principio pensábamos que se trataba de una banda nueva, y nada de eso. Ignorancia supina. Una banda que lleva diez años y que hace una música realmente loca.

Ellos se definen como una banda de crossover, pero si piensas que crossover es lo que hacía D.R.I. por ahí no van los tiros. Esto es como so Faith No More hubiera descubierto el metal moderno. Solo con ver la foto promocional ya te darás cuenta que esto no va de mainstream ni de bandas del montón. Ni siquiera es un grupo fácil de etiquetar.

Les queda claro a los músicos que su imaginación está realmente enferma… pero no enfermiza. Una colección de canciones que asombran por su mezcla de estilos y la manera en que se toca la música. Sin intro de ningún tipo, que no es necesaria, comienza “Destroy Space”. En poco más de dos minutos escuchas una pieza cargada de energía donde la batería ya comienza a hacer de las suyas y que parece simple, pero no lo es. Dimitriy hace un solo de guitarra al más puro estilo de los shredders americanos y todo acaba aquí, aunque algunas voces en segundo plano te ponen sobre alerta. “Disposable Clown” demuestra que lo de Marvin a la batería no es puro alarde sino pericia.  El uso de los silencios y bloques solo es capaz de hacerlo esos músicos a los que les gustan las matemáticas.

Con la llegada de “Void” nos damos cuenta que la banda ha estudiado desde The Doors en adelante. Mucho más agresiva es “S7”, que suena como una banda joven desbocada y alegre, dando paso a otra pieza más común, “Dream Dealer” que pronto mutará en una ligera locura sónica. La banda es virtuosa, pero no abusa del virtuosismo, sino que pone la composición como premisa y la muestra más clara es la simple “Sinner & Saints” donde el espíritu de Europa del Este trasluce, aunque el video este filmado en New York.

Sin embargo “Doppelgänger” va por los caminos del metal alemán en sus inicios antes de enredar los riffs casi de una manera inocente como sin intención. “Consciousness Beyond...” comienza de una manera que avizora que esto será una rareza, es como si la banda rindiera culto a Lacrimosa y a partir de los tres minutos y medio pensara que sería mejor que esa sumisión no se notara tanto. Una pieza excéntrica en realidad. Contrasta con el prog más puro de “Timeless” que trata de mostrar la belleza en su estado más puro hasta que solo quedan 40 segundos de canción, en la que las guitarras de rebelan de la manera más agresiva.

“Bury Me”, que por su titulo pudiera ser una pieza agresiva y hasta apocalíptica, comienza regresando al progresivo más ingenuo y así se mantiene, con un videoclip filmado al estilo Sock Puppets Parody. Terminan con la enérgica “Tony Lucifer - Smash the Kings” donde regresan a esa ligera mezcla de metal moderno con otros estilos.

La banda ha entregado un disco muy especial. Son músicos intensos que saben llevar las riendas cortas cuando es necesario, y soltarlas cuando la música lo pide. Otra muestra de que la buena música florece donde quiera.

El disco fue grabado, mezclado y masterizado en los Beast Sounds Studio 1. La producción la hizo Myroslav Danko y el ingeniero de grabación fue Dimitriy Pavlovskiy. La carátula es de Gabriela Danko. Las canciones las escribieron D. Pavlovskiy y M. Danko aunque para algunas piezas utilizaron letras de Ann Chavarga, Anton Verkhovy, Boris Byzhytsky y Vasil Iržak.

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