Esta banda de enérgico hard rock de Atenas (se definen como hard rock melódico) se formó en el 2013 como un trió a la que poco después se sumaron otros tres músicos. Poco a poco fueron escribiendo canciones y arreglando las anteriores y para  el 2017 comenzaron a grabar su disco debut “On Fire”.  Les ha tomado siete años afinarlo todo, porque este disco ha salido el 20 de marzo 2020, pero aquí está. Y luego yo me apuro en hacer las cosas, tendría que aprender a estar calmado con estos chicos.

Lo que si les ha dado tiempo para entregar un grupo de canciones que no tienen fisuras ni material de relleno. Energía y fuerza van aunadas con unos momentos que rozan el heavy metal desde el inicio con “Never Surrender”.De hecho las canciones son heavy de manual  donde podríamos decir que hay múltiples influencias pero son tantas que es casi imposible comenzar a mencionar.  “Still Our Man” y “Still Unbroken” son como si hubieran estado en la escuela del heavy y les hubieran mandado como deberes hacer una canción con todo lo aprendido.

Va avanzando el disco y la energía se reproduce con más fuerza que el propio COVID.  A partir de “Rise and Fall” comenzamos a tomar conciencia del buen trabajo coral, eso sí, sin exagerar, nada al estilo Queen sino manteniendo la llama del metal, el inicio de “On the Edge” es la mejor muestra de cómo el grupo ha entendido el apoyo vocal.

Tantos años juntos han traído como resultado que la banda también suene compacta. Esto en directo debe sonar como una tromba. Hay un grupo de canciones donde prima la energía y otro donde trabajan más el sentido de la pesadez del metal, como en “On the Edge”.

Otro detalle es que los chicos  trabajan como un núcleo. No se destaca un instrumento por encima del otro no se intenta crear un protagonismo que no existe. Aunque como es lógico predominan las guitarras, el trabajo de teclados está siempre presente y la sección rítmica aporta fuerza con poco interés por hacer filigranas. Dos guitarristas y un tecladista crean una pared sonora real, no como esas grabaciones donde todo se mezcla alto pero se siente un solo sonido.

Tampoco despreocupan las melodías. De hecho, aunque seas tú amante del metal más duro, sabes que las melodías al final serán las que atraerán a la audiencia en un momento dado. No solo las armonías vocales sino las líneas de guitarra y teclados.  En más de un momento la banda nos recordará a la guitarra de Rudolph Schenker en Scorpions. “Devil in You” y “Fools Parade” son dos ejemplos claros.

Con poco más de setenta minutos de música, siento como si el grupo hubiera aprovechado para incluir lo mejor de estos años. Y si, las canciones tienen tremenda pegada y es como si fuera un disco de grandes éxitos. La power ballad “Fool’s Parade” está producida de manera tal que gane fuerza y no contraste demasiado, como si hacen con "L.E.A.", con predominio de guitarra acústica y donde Nikos Syrakos canta bestialmente Cuando el disco termina, incluyendo los dos bonus tracks, reiteras que estas ante un álbum debut que de haber sido grabado en los 80 hubiera grabado en letras de oro el nombre de la banda en la historia del metal.

La mezcla y masterización la hizo Christian Schmid y R.D. Liapakis en los Prophecy Studios, (Kempten – Hegge, Alemania). El disco fue grabado por Tasos Ioannidis en los Orfeas Music Studios (www.orfeasmusicstudios.gr). La producción la hizo Badd Kharma, todos los coros se hicieron con arreglos de Margarita Papadimitriou, y fueron cantados por Margarita Papadimitriou, Michalis Karasoulis & Manos Gavalas bajo la mirada atenta de Nick Papadopoulos en los Soundflakes Studios.  La carátula la hizo George Zacharoglou y las fotos las tomó Dimitris Marinis.