Sapphire Eyes se formó en el 2011 cuando el teclista Niclas Olsson (Alyson Avenue, Secon Heat) decidió grabar un disco con algunos amigos que había hecho durante su carrera musical. El primer esfuerzo fue más que una banda un proyecto con varios instrumentistas y vocalistas.

Después de ver que las cosas le habían salido bien decidió formar una banda fija con un vocalista igualmente reconocible. Todos los músicos que encontró son suecos pero Niclas no tropezaba con el vocalista que necesitaba y finalmente se decidió  por el finlandés Kimmo Blom (Urban Tale, Leverage) y la magia surtió efecto. El disco estaba hecho, solo faltaba la voz y él la puso.

Este ”Magic Moments” es su tercer disco. Cuando leas quienes están en la formación verás que se trata de músicos con trabajos en otras bandas. Mientras el disco intenta reconectar con momentos más sencillos llenos de pasión y posibilidades, aquellos con los que crecimos, al mismo tiempo Niclas tiene difícil conjugar a todos los músicos para salir en directo, lo cual ahora mismo no es problema pero posiblemente lo sea de cara al futuro, por lo que si vemos al grupo en directo posiblemente no sea con todos los que grabaron el disco. Mientras no falte Kimmo el resto tiene solución. Y ya que hablamos de vocalista, Anette Olzon está invitada en “Bring Back the Night”.

Las canciones son de puro AOR, incluso te diría que del más melódico. El segundo disco llegó a las listas suecas y posiblemente éste también. Indudablemente las canciones tienen gancho, melodías que se te quedan en el cerebro, estribillos fáciles de recordar y tararear, y son tan lindas como esas chicas y chicos suecos que parecen hechos de puro sol y alegría. Si esto es lo que estas buscando, aquí esta.

La pequeña parte negativa es que todas son muy similares. No hay unos guitarrazos reconocibles en cualquiera de las pistas, no hay una garganta llegando al paroxismo, no hay unos teclados asombrosos. Todo está bien medido milimetrado y cronometrado. Y esto le resta un poco de alma. Aun así pienso que habrá quien se apropie de alguna de las canciones y haga de ellas un reflejo de su vida, pero para los que vibran al escuchar un instrumento encabritado, para ellos éste no es su disco.