Que Bloodhunter es una banda que está luchando a brazo partido para salir adelante es un hecho consumado y “Knowledge was the Price” es un paso de gigante en medio de un panorama como el del metal extremo español.  Con una carátula impresionante, ya el título del CD te hace pensar y es algo que me gusta, que sepas que muchas veces el conocimiento es el precio que hay que pagar, mucho más cuando vez que la ignorancia es feliz en su posición, pero sabes que el conocimiento te ha dado una libertad que jamás disfrutara un miembro del rebaño que muchos quieren pastorear en beneficio propio.

Aunque la copia recibida carece de información, casi que aventuraría a pesar de que el disco ha sido grabado de nuevo en los Metal Factory Studio por Robert Kappa, y si lo afirmo es por el delicioso sonido de la batería en este disco. De principio a fin el ritmo y la fuerza la hace omnipresente, y si bien hay momentos de abuso del doble bombo a extrema velocidad, también hay muchos adornos, contratiempos, compases atravesados y florituras varias que recargan las canciones de energía. Mientras escribo escucho precisamente “The Eye Of The Serpent”, pieza relacionada con la portada (y no es la única), y siento que me voy llenando de brío mientras las bocinas retumban, luego viene la entrada de “Spreading Your Disease” y sigue y suma. Luego la banda nos ha aclarado que ha sido grabado en los estudios Sandman con Carlos Santos y masterizado por Víctor García at Ultramarinos Mastering de Barcelona. 

Quizás buscando una manera de tener una mayor apreciación a nivel internacional, Bloodhunter han buscado a dos invitados de primera línea. (Disculpas al invitado Raúl Plaza, - no tendrás la insignia de estrella internacional del metal, pero tu participación en la canción título es de cinco estrellas-) El primero es nada menos que Ripper Owens, decidido a ganar un Guinnes por participar en la mayor cantidad de discos posibles, quien para “Never Let It Rest” se despoja del aura que lo une a Judas Priest y KK’s Priest para interpretar la canción de una manera más apegada a The Three Tremors o Tourniquet. 

La segunda es Rosalía Sairem de Therion y Symphonic Rhapsody of Queen en “The Forsaken Idol”. Si Rosalía se hubiera quedado en Elche buscando una banda local para cantar, jamás habría llegado donde está. Pensamientos aparte, Rosalía hace una contraparte intensa que en el videoclip se integra mucho más. El contraste no solo está en los timbres vocales, sino además en los colores y el dramatismo gestual. Una obra de arte.

Las canciones nos van asombrando una tras otra, casi todas tienen un momento imprevisto, y el más inesperado de todos lo trae “Nothing Beyond The Realms Of Death”, un desmadre guitarrero que da un ligero respiro antes que entre la marchosa “A Relentless Force” que tal parece hubiera sido escrita desde la batería por la manera cortante que tienen las guitarras de hacer los riffs.

Cuando terminamos de escuchar el disco al completo un par de veces, solo nos queda desear que Bloodhunter encuentre en Europa el reconocimiento que merecen. Además de tener una vocalista intensa e interesante, su complejidad musical lo pone al nivel de bandas como Arch Enemy en estos momentos y solo deben abrir las alas y echar a volar.